Desde su nacimiento, Gael enfrentó un desafío que cambiaría el rumbo de su infancia: una contractura en los ligamentos de ambas rodillas le impedía estirar sus piernas. Esta condición no solo limitaba su movilidad, sino también sus sueños de jugar, correr y vivir una niñez plena. Su madre recuerda con profunda emoción la tristeza de ver a su hijo luchar con lo que debería ser natural: moverse libremente.
Sin embargo, lo que parecía un obstáculo sin salida se transformó en una nueva historia llena de esperanza. En el Centro Moore, Gael encontró una oportunidad. Gracias a la intervención de médicos voluntarios provenientes de Estados Unidos, fue sometido a tres cirugías que marcaron un antes y un después en su vida.
Cada procedimiento abrió nuevas posibilidades para Gael, quien poco a poco empezó a experimentar el milagro de la recuperación. Hoy, no solo puede caminar, sino que también corre y juega con entusiasmo. Su juego favorito es el escondite, y cada paso que da es un testimonio vivo del poder del amor, la fe y la generosidad.
“Gracias por lo que han hecho por mí, que el Señor les bendiga”, dice Gael con una sonrisa que resume todo lo vivido.
Su historia es solo una entre más de 11,000 historias de esperanza que se han escrito en el Centro Moore. Pero sabemos que aún hay miles de niños esperando su oportunidad para sanar.
